martes, 2 de octubre de 2012

Capilla de los dolores. Zipaquirá

Esta es la versión final, se aprecia, comparando con la anterior que estaba ¨fresca¨ en el momento de la foto, cómo cambia la intensidad del color cuando se seca el pigmento; no se observa la pasión, la magia, el muga o arte del instante, como llaman los japoneses a ese momento en que estamos absortos, entregados totalmente a una tarea con la mente, el corazón y las manos; esa experiencia se reserva para el autor, porque, como lo he dicho antes, citando al carnaval de Barranquilla, patrimonio de los colombianos: quien lo vive es quien lo goza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario