En un ejercicio de pintura rápida pinté esta mañana, a partir de un boceto a lápiz, la casona de san Jorge en Calambeo. Una experiencia estética y placentera.

Tina Samper, expone sus Paisajes este jueves 30  de agosto en el MAMBO Museo de Arte Moderno de Bogotá a las siete de la noche. Es como asistir a un doctorado en Acuarela, pues su obra corre las fronteras del arte desde esta difícil técnica. Tina crea obras de arte a partir de un tema cotidiano, la montaña que ve por la ventana desde su taller en Bogotá. Tuvo la gentileza de opinar sobre mi obra y compartir conmigo sus apreciaciones.

Estuve en el Taller de Tina Samper, quien comentó mis acuarelas y me animó a continuar trabajando. De nuestra conversación rescaté estas dos obras que guardaba en la trastienda; la primera elaborada a partir de una foto de un viaje a Turkía con compañeros de la Universidad;  aparecen ellos frente a la Mezquita Azul. La segunda en la Plaza de Bolívar en Ibagué, una demostración en clase, en formato de un cuarto de pliego Fabriano.

El arte es en sí más grande que el artista. De todo lo realizado en arte son pocas las cosas que no podrían haber sido hechas mejor y posiblemente, el artista lo hubiese hecho, de haber tenido el tiempo...  Así que quien crea que ya llegó... sólo muestra las primeras señales de estancamiento, entre otras cosas, porque la belleza, estoy convencido, existe en los ojos del que ve, en la mente del hombre; nunca será anticuada y siempre será redescubierta.
Esta acuarela la pinté al interior de la Casa Inglesa en Ambalema, patrimonio histórico y arquitectónico de los Tolimenses, aparecen en ella turistas como me gustaría...

El fin de samana llevamos a los profesores italianos, que vinieron a la Escuela de Verano, a conocer La Chamba. Compramos algunas artesanías, indagamos por los secretos de la cocción de la cerámica negra, discutimos las alternativas que podría brindarles la tecnología para dejar de usar la leña y finalmente, luego de tomar algunas fotos, nos fuimos a comer quesillo, mantecada y avena al Espinal. Yo, llegué derecho a mi estudio a prender el horno de la foto con mis acuarelas.

Iglesia de Mariquita. Tolima.

El taller reclama autonomía, soledad para el estudiante-artista; intimidad. Pues en silencio se genera el vínculo con la acuarela, se comprende su lenguaje y conviven en estrecha conexión, manos, medio y mente. Soy así, la herramienta, la materia y la obra. Soy mi propio maestro que como el anthropos, examina lo que ve  y se conoce en esa reflexión sobre su acto. (Ranciere). Un rincón en el taller del artista.

Honda, ciudad colonial. Acuarelas Maimieri, papel Fabriano de 300 grs. tamaño 38 x 28 cms.

¨...Mujeres indígenas que saben de memoria las leyendas, conocen personalmente a la Patasola y han conversado con el Mohan en el río Magdalena durante algunas noches de luna, juran haber espantado a la  Madremonte; aprendieron a trabajar la arcilla sentadas en el piso al lado de su madre y de su abuela, saben dónde cavar para recoger arcilla roja... ¨ (Arcilla Fuego y Esperanza - Ruby Torres).

El Taller del artesano es un lugar de escala reducida en el cual el trabajo y la vida se entremezclan... no hay arte sin artesanía. Acuarela de un horno tradicional  de cerámica en la Chamba comunidad indígena del Guamo Tolima.

De la serie Honda Ciudad Colonial, en la Ruta Mutis. Acuarela de 28 x 37 cms. en papel Artístico Fabriano de 300 gramos.